Las gaviotas se acercan,
las crisálidas van naciendo,
la mano empuña una pluma,
los versos alados anidan
en corazones dormidos y somnolientos.
Anclan como barcos en el océano,
en un mar embravecido
que corta sus algas,
vomitando espumas
recogiendo sueños.
La mar tan salada, está salando besos,
dos almas van caminando
por el escenario perfecto.
El cielo pintado por la noche,
en el tiempo los silencios.
Los pasos no dejan huellas,
el mar las va recogiendo
para llevarlas dibujadas
al fondo del Océano
huellas de almas que vibran
al calor de un beso.
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