Fué en primavera, en una preciosa tarde
bajo los árboles me encontraba
sentada y esperándote
bajo el trinar de las aves en aquél hermoso parque.
allí encaminaste tus pasos varoniles y elegantes,
te divisé a lo lejos, no pude equivocarme.
Ya en tu presencia me adentré en tus pupilas
abrí un sendero hasta tu alma
y empecé a interrogarle.
Tus ojos brillaban como dos luceros
y a mi lado con garbo caminaste
pusiste un beso en mis mejillas
cubriste mi cuerpo con un abrazo gigante,
las flores escondidas por la brisa
se desprendían de su aroma
mientras el sol estiraba sus rayos
entre las copas de los árboles,
luego me hablaste tan cerca que tu aliento respiraba,
tu vida pasó por mis oídos
eras mi imagen, en tí me reflejaba
dos gotas de agua acababan de encontrarse.
Pasó el tiempo y entonces empezamos a caminar juntos
en un auto, en un bus, en un sendero, en la calle
me regalaste tus días
una rosa, tu perfume y chocolates,
entonces respiré la vida,
tu voz me arrullaba en la distancia
eras el cristal más preciado en la repisa de mi alma,
secaste mi dolor, secaste mis lágrimas
mi oración matinal era tu nombre
mientras sin prisa caminaba,
para tí, yo era reina, tu paz, tu calma
y tú eras el botón más hermoso en mi jardín.
No sé cómo te arranqué inconsciente
hoy aturdida te recuerdo, meditabunda y reflexiva,
¿por qué no fuí capaz de comprenderte?
a veces creo verte en otros, pero nó, eres único,
tu recuerdo aún desfila por mi almohada
y tus secretos guardados hasta el fin de mis días,
porque aún te quiero!!!!
domingo, 28 de agosto de 2011
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