Avecillas no trinen,
acurrúquense a mi lado,
sus alas tiritonas
manténganlas en calma.
Tradúzcanme al oído
sus trinos en palabras,
yo les traduciré la vida
tan opaca y tan callada.
Mi voz pía trinos amargos,
las frases me atragantan,
diminuta, soy un ave,
en las sombras desgarrada.
Enséñenme el secreto de sus ojos,
que no saben lavar lágrimas,
tradúzcanme su canto melodioso,
de notas de seda y plata,
que aquí yo estoy muriendo
como muere la guitarra,
con sus cuerdas rotas,
no hay remiendo que valga.
Las rayas de mi vestido,
parecen tenerme atada,
quiero amasar el pan de vida,
pero mis manos queman las brasas.
El día devora la noche
y la noche la mañana,
avecillas cantoras,
sigan entonando su tonada
arrúllenme con sus trinos,
arrúllenme con sus alas.
Samelyn.
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